El hierro es un elemento traza vital para el funcionamiento del organismo. Su deficiencia produce la enfermedad carencial más ampliamente distribuida en todo el mundo. Esto incluye tanto  a países desarrollados como subdesarrollados.  En el metabolismo del hierro ocurren una serie de  procesos, como: la regulación de la absorción del hierro intestinal, el transporte a las células, el almacenamiento, la incorporación de hierro a las proteínas y la reutilización del mismo tras la degradación de los eritrocitos. En condiciones normales, al no haber un mecanismo de excreción del hierro activo, la homeostasis del hierro se controla  a nivel de absorción intestinal. El contenido medio de hierro en el organismo es de 3-4 g, distribuido en eritrocitos, macrófagos del sistema reticuloendotelial (SRE), hígado, médula ósea, músculos y otros tejidos. Se mantiene un equilibrio dinámico por el hierro en la circulación entre los distintos compartimentos: casi todo el hierro liberado por la descomposición de la hemoglobina (Hb) de los eritrocitos senescentes, se reutiliza, y sólo se pierden 1-2 mg de hierro al día, que deben reponerse en la alimentación.Los  deportistas constituyen un grupo vulnerable donde se debe consumir más hierro porque lo pierde cuando suda, en la hemólisis entre otros. Por lo que los suplementos de hierro y una adecuada alimentación mejoran la tolerancia al ejercicio, disminuye la concentración de lactato etc.